El viernes 23/05 se va a hacer una charla con una persona que fue protagonista del movimiento llamado comunmente Mayo frances o Mayo del 68. Sabemos que muchos de los alumnos no conocen exactamente lo que sucedió hace 40 años en Francia y por eso, procedemos a relatarlo a continuación:
“Hay algo que ha surgido de ustedes que asombra, que trastorna, que reniega de todo lo que ha hecho de nuestra sociedad lo que ella es. Se trata de lo que yo llamaría la expansión del campo de lo posible. No renuncien a eso.” Jean-Paul Sartre
Universitarios sin prospectos de futuro laboral, trabajadores descontentos luego del boom económico de la década del sesenta, jóvenes movilizados en contra de la guerra de Vietnam y poblaciones enteras en busca de libertad fueron los protagonistas del movimiento masivo y revolucionario aquel mayo de 1968. Las razones de esta revuelta fueron tanto políticas (guerra ilegal e injusta contra Vietnam, un tercer mundo recién independizado y ya sumido en la miseria, un sistema internacional bipolar que amenazaba con suicidio nuclear y sociedades enteras sin voz ni voto en las decisiones importantes tomadas por sus gobernadores) como ideológicas (antiimperialismo, anticapitalismo, neomarxismo, troskismo, estructuralistas, castristas, maoístas y freudianas sumados al “All you need is love” de los Beatles).
El viernes 3 de mayo, cientos de estudiantes se presentaron en la Universidad de la Sorbona (París) ante un comité de disciplina, ya que ocho de sus compañeros habían sido arrestados el 22 de marzo por una protesta en la Universidad de Nanterre.
Represión violenta por parte de los policías tornó al movimiento en una batalla, la cual provocó más detenciones y el surgimiento de manifestaciones espontáneas de protesta: el estallido del Mayo Francés. Cerradas las Universidades de la Sorbona y Nanterre, la Unión Nacional de Estudiantes y el Sindicato de Profesores reclamaban la reapertura de las mismas, la retirada de los policías y la liberación de los detenidos. Estas peticiones fueron denegadas por el gobierno de Gaulle.
Luego se esto, los estudiantes encontraron refugio en el Barrio latino, el cual se había llenado de barricadas la noche del 3 de mayo. Indignados por la cantidad de heridos y la violencia, los vecinos gritaban y arrojaban objetos a los policías. Comienza en aquel momento la expresión de malestar acumulada por tanto tiempo bajo la superficie.
Surgen en esta lucha, nuevas organizaciones como el Movimiento Veintidós de Marzo, el cual tenía como uno de sus dirigentes a Daniel Cohn-Bendit (que se definía a si mismo como “"anticapitalista, antiautoritario y anticomunista").
El día 6, debido a los múltiples levantamientos, se cerraron todas las universidades de Paris.
El 11 de mayo, el primer ministro George Pompidou reabrió la Soborna intentando dar una imagen de diálogo y vuelta a la normalidad. Pero el movimiento interpretó esta concesión como un síntoma de debilidad por parte del gobierno y la lucha siguió en ascenso. Con tanta presión, consiguieron imponer una convocatoria con varios partidos de la clase obrera y estudiantes, el cual reunió medio millón de personas, por lo que el gobierno se vio obligado a liberar a los detenidos.
El movimiento de los estudiantes no tardó en contagiar a los trabajadores. Este movimiento se inició con peticiones tales como mantenimiento del salario y reducción de jornada, y los trabajadores no se organizaron en partidos o sindicatos de ningún tipo, simplemente tomaron las fábricas. El número de huelguistas fue en crecida desde el 19 de mayo hasta el 28, cuando ya eran 10 millones en huelga. Luego se unieron a la lucha las clases medias y la pequeña burguesía, así como los campesinos se demostraron en contra de las políticas agrícolas del gobierno y artistas e intelectuales expresaban abiertamente su apoyo a los estudiantes. Incluso la policía afirmó que entendían las razones de los estudiantes y huelguistas y que se hubieran unido a ellos si la ley lo permitiese y manifestaron su desacuerdo ante la decisión de utilizar la policía contra las luchas obreras.
El 25 de mayo se iniciaron las negociaciones entre gobierno, patronal y sindicatos; y el 27 se llegó a un pacto que recibirá el nombre de Acuerdos de Grenelle. Los dirigentes del PCF carecían de un programa revolucionario porque hacía tiempo que habían renunciado a basarse en la capacidad de la clase obrera para acabar con el capitalismo y construir una nueva sociedad. Por lo que a la hora de la toma del poder, surgieron todo tipo de justificaciones para renunciar a una política revolucionaria. Finalmente la dirección del PCF volvió a hacer recaer la responsabilidad sobre los hombros del movimiento al que acusa de no estar lo suficientemente maduro para afrontar esta tarea.
Con los acuerdos de Grenelle la burguesía concedió reivindicaciones que habían sido rechazadas durante años, con la esperanza de enfriar los ánimos: subidas salariales, rebaja de la jornada laboral semanal en una hora, aumento de los días de vacaciones pagadas de 25 a 26, entre muchas otras. Igualmente, el movimiento obrero no se conformó con esto porque habían adquirido mucha fuerza: querían más.
Sin embargo, la burguesía temía que la intervención militar no se vendría en su contra y las direcciones de la clase obrera llamaban al orden y a la calma. Los trabajadores veían los días pasar y no se tomaban cartas en el asunto.
El 28 de mayo, el gobierno de De Gaulle llamó a elecciones.
De Gaulle, junto con la burguesía, afronta el sufragio con: “El caos o yo” y la respuesta del CGT fue "Contra la anarquía: por la ley y el orden, votad comunista".
Los trabajadores estaban ahora definitivamente solos, mientras sus dirigentes apelaban a la ley y el orden. Los sectores medios, el tener que elegir entre el CGT y De Gaulle para manejar un capitalismo, no dudaban en quién les daba más garantías.
El día 30 de mayo, la derecha organizó una manifestación a la cual acudió casi un millón de personas, mientras que los dirigentes obreros firmaban de acuerdo a volver a trabajar, con la garantías de que no habría represalias.
El 30 de junio De Gaulle y sus aliados ganaron con una mayoría aplastante.
En la actualidad, muchos sectores que privilegian sus intereses económicos por sobre el bien común, intentan enterrar el recuerdo de este movimiento, calificándolo de revuelta imprecisa y tratando de borrar la participación de la sociedad, y, principalmente, de la juventud.
Pero esta revolución social puso de manifiesto el descontento de la sociedad con el sistema capitalista, y dejó claramente expuesta su extrema injusticia social.
Y también fue, es y será un ejemplo para los jóvenes, para nosotros, los que tenemos ganas de cambiar las cosas.
Por eso, los invitamos a la charla del 23/05 con la señora, quien estuvo y fue participe de este hito histórico. Pensemos cuántas veces en la vida se nos puede presentar una oportunidad de esta magnitud, y valoremos los espacios que tenemos.
CEILSE
